domingo, 19 de octubre de 2008

El Beso de la ciudad .


Hace tiempo que no se veía en la ciudad una procesión extraordinaria arropada por tantos fieles. Las estrechas calles favorecían, desde luego, el exquisito recorrido que la Hermandad tuvo que buscar de forma alternativa una vez que se había roto el sueño de acudir a la Misericordia con motivo de la lluvia.
Desde ciudades, incluso fuera de Andalucía, acudieron numerosos cofrades deseosos de encontrarse con la singular escena del Señor de la Redención en el paso de la Sed. Estampa única de la imagen que tallara Castillo Lastrucci con túnica bordada de Francisco Carrera Iglesias.
La procesión sirvió para revalorizar una imagen que, en Semana Santa, se ve sumergida en toda profusión de elementos que le restan parte de protagonismo. Aquí iba sólo… pero únicamente en el paso; porque las calles estaban cubiertas de fieles que contemplaban 50 años pasar.
Los tramos de hermanos y representaciones discurrían por un estrecho laberinto al que sometía las gentes que tomaban zaguanes, aceras y calles.
La tregua que dio el cielo permitió resucitar a una cofradía que veía con pesar cómo el sueño del 18 de noviembre se convertía en una página más de la mala relación que une a las cofradías con la lluvia.
Los que asistieron, dicen que la misa de la 1 de la tarde fue tan emocionante como la espera por ver salir al Señor. No llovió y la Hermandad se lució. Y a la ciudad le dio tiempo de darle ese último beso que se le da a un padre antes de marcharse a dormir.



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